La «Guerra Chiquita» fue una de las guerras que se libraron en Cuba para conseguir su independencia. Esta guerra fue iniciada en agosto de 1879 por líderes independentistas opuestos a la Paz de Zanjón que había puesto fin al conflicto de 1868/78. Entre los líderes de este alzamiento estaban Calixto García, Guillermón Moncada, José y Rafael Maceo y Limbano Sánchez. El ejercito español pudo sofocar rápidamente este intento independentista y para el verano de 1880 empezaron a rendirse los líderes cubanos acogiéndose a las promesas hechas por el Capitán General Camilo Polavieja de respetar sus vidas y permitirse que fueran al exilio con sus familias donde eligieran. Lo que no sabían los cubanos era que el lugar donde pasarían su exilio serían las islas Chafarinas, según dispuso el Gobierno en julio de 1880. Desde la conquista española de dicho archipiélago en enero de 1848, las islas se convirtieron en un presidio y lugar de destierro para presos comunes y políticos.
Aunque con anterioridad ya habían sido destinados a Chafarinas presidiarios y deportados independentistas cubanos, como Emilio Bacardí que formanba parte de un grupo de 57 cubanos que llegaron en noviembre de 1879, es con la rendición de los principales líderes de la Guerra Chiquita cuando llegan un número importante de deportados acompañados en muchos casos por sus mujeres e hijos. La ruta que seguían estos desterrados empezaba en Santander o Cádiz, donde arribaban desde las Antillas y de allí en buques de guerra hasta Chafarinas. Los generales Guilermón Moncada, José y Rafael Maceo, con sus familias, son de los primeros en arribar a dichas islas a finales de julio de 1880 seguidos por Limbano Sánchez. Moncada y los hermanos Maceo se rindieron con la condición de ser enviados a Jamaica pero su barco fue interceptado en alta mar, capturados y deportados a las Chafarinas.
Los cubanos fueron alojados en cuarteles y dependencias de la isla de Isabel II, la única habitada del archipiélago. Las condiciones de vida eran bastante duras ya que hasta el agua estaba racionada porque había que llevarla desde Málaga dada la carencia de manantiales o pozos y no poder abastecerse de la misma en la cercana costa marroquí. Estas condiciones de vida fueron denunciadas por la prensa y los diputados por Cuba Bernando Portuondo y Antonio Daban se entrevistaron con Cánovas del Castillo para interesarse por los deportados. El hecho de que hubiera niños entre los deportados hizo que se construyera una escuela para ellos. El líder anarquista gaditano Fermín Salvochea, que cumplía pena de presidio, fue maestro en dicha escuela.
ISLAS CHAFARINAS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX. EN PRIMER TÉRMINO LA ISLA DEL REY CON EL CEMENTERIO Y EN SEGUNDO TÉRMINO LA DE ISABEL II DONDE SE ASENTABA LA POBLACIÓN, EL PRESIDIO Y LA GUARNICIÓN.
Para octubre de 1880 se creó una comisión del Ministerio de Ultramar con la misión de visitar Ceuta, Melilla y Chafarinas para informarse de la situación en que se encontraban los deportados cubanos. Según el diario La Iberia ( 01/10/1880) en esas fechas había en Chafarinas 238 cubanos, de los cuales 190 eran hombres, 30 mujeres y 18 niños. 13 deportados estaban enfermos en el hospital y 2 habían fallecidos por enfermedad, uno de ellos era Rafael Maceo que se enterró en el cementerio de la isla del Rey.
JOSÉ MACEO.
Lo irregular de la deportación de los cubanos a Chafarinas y las duras condiciones de vida que sufrían, hizo que para julio de 1881 fueran autorizados a abandonarlas y pasaron a cumplir su destierro en ciudades de la Península.
Con el inicio de la guerra de Cuba en 1895, las islas Chafarinas volvieron a ser lugar de destierro de los independentistas cubanos.
RAFAEL MACEO. MUERTO EN CHAFARINAS.
Sobre la historia de Chafarinas recomiendo: <<Las islas Chafarinas desde 1848 hasta finales del siglo XIX>> En: << Chafarinas. El ayer y el presente de unas islas olvidadas >>. Aldaba nº37. Revista de la UNED. Melilla. 2017.
HISTORIAS DE ALBORÁN 