EL TRÁFICO MARÍTIMO ENTRE MELILLA Y PALMA DE MALLORCA. SIGLO XIX.

Durante la primera mitad del siglo XIX, se mantuvo un cierto tráfico marítimo entre Melilla y Palma de Mallorca. Este tráfico se llevó a cabo por embarcaciones latinas de pequeño porte, tipo laúd, salvo algún caso en que se emplearon jabeques o místicos, de mayor porte que el laúd.

El laúd es una embarcación de cabotaje, con cubierta, que aparejaba un palo caído a proa con vela latina y ,a veces en los más grandes, botalón con foque. Este tipo se embarcaciones también se utilizaron para la pesca.

VISTA DE MELILLA A MEDIADOS DEL SIGLO XIX.

La distancia entre Palma de Mallorca y Melilla siguiendo una ruta de cabotaje recalando en el cabo de la Nao, cabo de Santa Pola, cabo de Palos, cabo de Gata y Melilla vienen a ser unas 445 millas náuticas. La distancia a rumbo directo atravesando el brazo de mar entre las Baleares y Melilla vienen a ser de 425 milla náuticas, con el peligro de no tener resguardo ni de los temporales de poniente ni de levante que, en invierno, suelen sucederse en esta aguas.

DETALLE DEL PUERTO SEGÚN UNA MAQUETA DE LA MELILLA DEL SIGLO XIX.

Las primeras noticias del tráfico marítimo entre Melilla y Palma las encontramos en la prensa balear en los años de la Guerra de Independencia. El 8 de agosto de 1811 llegó a Palma desde Melilla el jabeque San José, patrón Francisco Sabater, menorquín, con carga de trigo. El 17 de septiembre de ese mismo año arribó desde Melilla el místico Beata Catalina Tomás, patrón Antonio Cantallop, mallorquín, con trigo y cebada. El 10 de noviembre de ese mismo año, arribó nuevamente el jabeque San José, mandado esta vez por el patrón Mateo Serra, mallorquín, con trigo y pasajeros. Entendemos que el trigo y la cebada serían comprados a las cabilas de Guelaya, comarca que circunda Melilla.

MAQUETA DE UN JABEQUE.

Posteriormente, se siguen manteniendo este tráfico marítimo como podemos ir rastreando en la información portuaria de la prensa balear. El 13 de julio de 1830 se despacha para Melilla el jabeque San Francisco. El 7 de agosto de ese año se despacha el laúd Santo Cristo del patrón Gerónimo Llull con vino y aguardiente. Según la información consultada, son el vino y el aguardiente los principales productos que se enviaban a Melilla. El laúd San Antonio, patrón Pedro Boch, despachado para Melilla con vino y aguardiente el 6 de marzo de 1834. El 14 de mayo de 1837 se despachaba a Melilla el laúd Beata Catalina Tomás, patrón Bartolomé Masot, con carga general.

BARCAS LATINAS VARADAS EN UNA PLAYA DE MELILLA. AL FONDO SE VE EL RECINTO AMURALLADO DE LA CIUDAD.

Hemos visto que desde Palma las embarcaciones salían cargadas con vino y aguardiente, principalmente, pero en la información de las que volvían de Melilla se solía indicar que volvían en lastre, aunque se da el caso del jabeque San Francisco del patrón Bernardo Palmer que llegó de Melilla el 4 de julio de 1834 con lana y pieles.

El teniente Antonio Agüera Cárdenas que estuvo destinado en Melilla en 1845, en su diario nos da pistas del tipo de mercancías que cargaban los barcos mallorquines en Melilla.

Escribe sobre el comercio que se practicaba con los marroquíes de Guelaya que venían a Melilla: amanece la Florentina cual una feria, siendo la mayor parte de lo que allí traen cueros de bueyes, lanas y cebada: estos cueros los compra el escribano, a medias con otro sujeto, los venden a los mallorquines que aquí vienen para poder introducirlos en la Penínsulas y las Baleares, se les hacía pasar por productos originarios de Melilla: se saca una guía, suponiendo son de reses que aquí se consumen.

Según el teniente Agüero, los cueros se compraban a los marroquíes a 5 ó 6 duros el quintal y a los mallorquines se los vendían a 12 ó 14 duros.

Según información portuaria del Diario Constitucional de Palma, encontramos que el 11 de septiembre de 1845 el laúd Victoria de 27 toneladas de porte y mandando por el patrón Sebastián Melis se despachó para Melilla con un pasajero y carga de vino. ¿Sería uno de los mallorquines de los que hablaba Agüero?

Cuadernos de apuntes y documentos sobre la plaza de Melilla del teniente Antonio Agüero Cárdenas (1845).

(Edición, transcripción y estudio introductorio de Jorge Alberto Jordán Fernández y Sergio Ramírez Gonzáles).

Editado por UNED Melilla. 2016.

LAÚD.

EL VAPOR THORPEHALL EN LA GUERRA CIVIL 1936/1938.

Construido en 1910 con el nombre de Oakmere tenía 74,7 metros de eslora y 10 de manga para 1.251 TRB. En 1923 pasa a la naviera Mac Andrews & Company que lo bautiza como Bazán, dedicándose al tráfico de cabotaje entre puertos españoles de las costas levantinas, Gran Bretaña y Bélgica, transportando frutas y verduras, principalmente. En 1936 es comprado por la naviera Westcliff Shiping Company, creada ese mismo año, que lo renombra como Thorpehall. Otros buques de Westcliff fueron : Thorpebay, Thorpeness y Thorpehaven. Esta naviera mantendrá el comercio con las zonas bajo control del Gobierno de la República lo que causará numerosos incidentes y ataques a sus buques por parte de la marina y la aviación franquista y de sus aliados nazis y fascistas que bloqueaban los puertos gubernamentales.

El Thorpehall empieza a cobrar fama como rompe bloqueo (blockade runner) en abril de 1937 cuando parte desde Alicante con un cargamento de arroz hacia Bilbao. En el Estrecho de Gibraltar es requerido a parar máquinas por el cañonero Dato pero su capitán, Joseph Andrews, contacta con Gibraltar y un destructor británico da apoyo al mercante que puede seguir su ruta tras atestiguar que su carga es de alimentos.

BUQUE LLEGADO A BILBAO CON VÍVERES. BIBLIOTECA DIGITAL HISPÁNICA.

En aguas del Cantábrico, a la altura de Santoña, el Thorpehall es detenido por el patrullero franquista Galerna, un bacaladero armado, que dispara dos cañonazos de aviso. El capitán Andrews lanza un mensaje pidiendo ayuda por radiotelegrafía y el destructor británico Brazen acude a su encuentro. Desde el Galerna se solicitan refuerzos y acude el crucero Almirante Cervera, mientras que llegan dos destructores británicos más, el Blanche y el Beagle, que tocan zafarrancho de combate ante la negativa de los buques franquistas a dejar marchar al Thorpehall. El acorazado alemán Graf Spee llega también al lugar actuando su comandante como intermediario entre franquistas y británicos, logrando que el Thorpehall fuera liberado y pudiera continuar hacia Bilbao.

BOMBARDEO DEL PUERTO DE VALENCIA. BIBLIOTECA DIGITAL HISPÁNICA.

El 15 de abril salió de Bilbao en lastre para Gijón encontrándose con el acorazado España que le da el alto aunque debe dejarlo seguir rumbo. En Gijón cargó carbón para Bilbao y es nuevamente detenido por el España que también tiene que dejarlo partir ante la presencia de un destructor británico, consiguiendo descargar el carbón en dicho puerto y salir hacia Francia. Los franquistas intensificaron el bloqueo a Bilbao y varios mercantes británicos, entre ellos el Thorpehall, deben esperar en aguas francesas escolta para romper dicho bloqueo. Entre el 23 y 25 de abril lo consiguen con el apoyo de destructores británicos.

El Thorpehall abandonará Bilbao por última vez el 14 de junio, poco antes de la toma de la ciudad por los franquistas. Puso rumbo a Flesinga con fondos y valores consignados por el gobierno vasco que fueron objeto de una demanda presentada por bancos y particulares del bando franquista que consiguieron que las autoridades holandesas embargaran dicho cargamento en espera de la resolución judicial sobre su propiedad. Tras este incidente, el Thorpehall volvió al Mediterráneo.

PENTHAMES, VAPOR BRITÁNICO HUNDIDO POR UN ATAQUE AÉREO EN VALENCIA EL 31 DE MAYO DE 1938. BIBLIOTECA DIGITAL HISPÁNICA.

El 25 de mayo de 1938 se encontraba fondeado a una milla de la bocana del puerto de Valencia con un cargamento de trigo embarcado en Marsella pero un hidroavión He-59 de la Legión Cóndor lo puso en su punto de mira alcanzándolo con dos bombas de 500 kilos en la popa. El Thorpehall se hundió, si bien la tripulación pudo ponerse a salvo, siendo rescatadas y llevadas al puerto.

El Thorpehall no fue el único buque de la Westcliff Shipping perdido en la Guerra Civil. El 10 de junio de 1938 fue hundido en Alicante por un ataque aéreo el Thorpehaven. Este buque fue reflotado por los franquistas el término de la guerra y pasó a llamarse Castillo de Guadalest. El 21 de junio de 1938 fue el Thorpeness el que resultó hundido en Valencia también por un ataque aéreo. Este buque se perdió totalmente.

HEINKEL 59. LA FOTO ES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. WIKIPEDIA.

Para saber más de este tema.

Colección de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.

https://wrecksite.eu

La pérdida de buques mercantes republicanos causadas por los hidroaviones de la Legión Cóndor. Artículo de César O´Donnell publicado en la Revista de Historia Naval nº 43 del año 1993.

La guerra silenciosa y silenciada. La campaña naval en la guerra de 1936-39. Fernando y Salvador Moreno de Alborán.

LOS BARCOS DEL TRÁFICO DE UVAS EN ALMERÍA.

La exportación de uva de mesa de Almería, conocidas como uvas de barco, comenzó sobre 1830 aunque no cobró verdadera importancia hasta la década de 1870. Desde los parrales de Ohanes, Rágol, Terque, Berja o Dalias se enviaban al puerto de la capital grandes cantidades de uvas preparadas para su exportación por vía marítima en barriles de dos o una arrobas. Los barriles se rellenaban de serrín para proteger el fruto envasado. Posteriormente, las uvas se envasaron en cajas que se agrupaban en pallets, facilitando las maniobras de estiba y desestiba.

Este tráfico de uvas de mesa, que se mantuvo con altibajos hasta los años setenta del siglo XX, nos ofrece una visión de la evolución de la marina mercante y el comercio marítimo internacional desde la transición de la vela al vapor y al inicio de las líneas marítimas regulares.

En estos dos anuncios aparecidos en el diario almeriense La Crónica Meridional en septiembre de 1874 vemos como todavía se usan veleros para el transporte de uvas, en este caso un bergantín francés, Emilia María, que se dirigía a Liverpool asegurando diez días de viaje, que era un tiempo bueno para esa travesía. Igualmente se menciona al vapor Lisbon asegurando «positivamente» que llegaría al día siguiente, mientras que el Emilia María «se esperaba» que llegara el 4 de octubre. En esos días la falta de comunicaciones por radio hacía muy difícil poder avisar de posibles retrasos por averías o mal tiempo, así que se recababa información de fareros o pescadores sobre el avistamiento de los buques que interesaban. Se destacaba la figura del capitán del buque ya que era garantía de un buen servicio y una buena travesía.

Para 1883 ya se se habían establecido líneas regulares durante el periodo de la campaña de la uva que se extendía desde finales de julio a finales de diciembre. Según este anuncia aparecido también en La Crónica Meridional, se aseguran dos salidas semanales a los destinos señalados durante la campaña de la uva. Podemos ver por dichos destinos los países que consumían la uva almeriense que llegaba hasta las Filipinas.

El vapor Sophia Brailli era de pabellón austrohúngaro. Tenía unos 100 metros de eslora y 2.697 TRB. La exportación a los Estados Unidos se perdió a finales de los años veinte del siglo pasado por problemas sanitarios ya que se acusó a estas partidas de uvas de traer parásitos. Se cree que esto fue una excusa para impedir dichas exportaciones en beneficio de las uvas californianas.

Aunque en principio fueron buques extranjeros los que se dedicaron a este tráfico, al finales del siglo XIX se unieron la mismo buques españoles de la naviera Tintoré. El vapor Francolí fue construido en 1865. Tenía 75 metros de eslora para 1.260 TRB. Era un mixto de carga y pasaje que se integró en la flota de Trasmediterránea y acabó sus días hundido por un submarino alemán en 1918.

La Crónica Meridional publicó el 9 de enero de 1925 una crónica sobre la campaña uvera de 1923 en la que se reflejan estos datos: la campaña se inició el 28 de julio con el embarque de 12.146 barriles de uvas en el vapor Paulina para Liverpool y finalizó el 24 de diciembre con el vapor Bazán que cargó 84 barriles para Londres. En total recalaron en Almería para la carga de uvas 191 vapores. El total de carga fueron 1.515.493 barriles y 11.469 medios barriles. Aparte se cargaron 23.635 cajas de naranjas y 14.993 de almendras.

El vapor Paulina se construyó en 1881 en Liverpool. Tenia 85 metros de eslora y 2.098 TRB. En 1923 pertenecía a la Compañía Barcelonesa de Navegación y pasó a Trasmediterránea donde lo renombraron como Río Manzanares.

El vapor Bazán con 1.911 TRB pertenecía a la naviera Mac Andrews & Co. que mantenía líneas regulares entre puertos españoles del Mediterráneo y mar de Alborán con Gran Bretaña. Renombrado Thorpehall siguió operando en España incluso durante la Guerra Civil, acabando hundido por la aviación franquista el 25 de mayo de 1938 cerca del puerto de Valencia.

Conforme aparecieron buques especializados en el transporte de frutas, se fueron empleando en este tráfico como el Gauss, construido en 1925 con 70 metros de eslora para 1.236 TRB. Este buque fue militarizado al comienzo de la Segunda Guerra Mundial y renombrado Sperrbecher-178. Resultó hundido cerca de Dieppe por destructores británicos el 12 de diciembre de 1942.

LA PRIMERA CELEBRACIÓN OFICIAL DEL RAMADÁN EN MELILLA.1906.

Actualmente, el Ramadán modula a su ritmo la vida en Melilla y las festividades vinculadas a este hecho religioso están plenamente integradas en el calendario oficial de fiestas de la ciudad, mostrando la realidad de la composición multicultural de la sociedad melillense.

No siempre ha sido así puesto que la composición de la población y las condiciones políticas y sociales han ido cambiando con el paso de los años.

Señalaremos también que, en el denominado «campo de Melilla», esto es, el terreno circundante a los recintos amurallados que no pasaron al definitivo control español hasta 1863 y hoy en día es territorio urbano melillense, sus habitantes celebraban el Ramadán y sus fiestas religiosas centradas en la mezquita que existía en el cerro de Santiago. Estas estas celebraciones, que los melillenses españoles comparaban con la cuaresma, se mencionan en crónicas de dicha época. En una de ellas, basada en el testimonio del subteniente Vidal, patrón de un falucho que naufragó en la actual playa de los Cárabos y quedó prisionero, se dice que en Ramadán :» les está prohibido probar bocado sin luz de las estrellas». La ruptura del ayuno se establecía, según Vidal, cuando el Lucero Vespertino, Venus, se podía ver, señal que el Ramadán coincidió con meses en que se puede ver Venus al atardecer.

Al principios del siglo XX, volvieron a avecindarse en Melilla musulmanes, en su mayoría comerciantes, a los que se les unieron centenares de refugiados tras la toma de Guelaya por el Roghi. Para 1906 se cifraban, según El Telegrama del Rif, en 5.000 el número de musulmanes que habitaban en Melilla y son estos musulmanes lo que organizan una comisión que solicita a José Marina, comandante general, que autorizara el disparo de un cañón desde el fuerte de San Lorenzo para marcar la ruptura del ayuno durante el Ramadán de ese año que empezó el 20 de octubre de 1906. Se convino que el momento del disparo del cañón para indicar la ruptura del ayuno lo marcaría la puesta del sol tras las lomas de Farhana. Esta medida estaba enmarcada en la nueva política de atracción de las cabilas de Guelaya en previsión de una posible intervención española en la zona. España era, junto con Francia, garante de los acuerdos de la Conferencia de Algecira.

Pese a la celebración del mes sagrado, las tropas del Roghi siguieron con sus razias de castigo a las cabilas que no le eran fieles. A principios de noviembre le tocó el triste turno al aduar que el Telegrama llama Ijninen de Quebdana que fue arrasado y saqueado.

COMERCIANTES MUSULMANES EN EL MANTELETE.

El domingo 18 de noviembre terminó el Ramadán con la celebración del Eid Fitr. Al amanecer se disparó una salva de quince cañonazos para anunciar el fin del ayuno. El Turki, un mercante armado que hacía las veces de buque de guerra del sultán, se engalanó para solemnizar el día y los comerciantes musulmanes de Melilla no abrieron sus negocios ni acudieron al mercado los vendedores de dicha religión. El general Marina decretó la liberación de los guelayas que estaban bajo arresto.

En Zeluan, campamento principal del Roghi, se dispararon salvas de artillería y los jinetes corrieron la pólvora, culminando las celebraciones con el reparto de un rancho extraordinario para la tropa.

El Aid el Kebir fue el 25 de enero de 1907. Los fieles acudieron a la mezquita de Sidi Guariach donde se celebró el rezo principal en un día de tregua entre los seguidores del Roghi y los leales al sultán que, según el Telegrama del Rif, rezaron juntos en dicho templo. En Melilla todavía no existía ninguna mezquita.

CAÑÓN DE AVISOS EN MELILLA. LA FOTO POSTERIOR A 1906.

FENICIOS EN EL MAR DE ALBORÁN.

Entre finales del siglo IX a.c. y el principio del VIII a.c., a lo largo de las costas del mar de Alborán se establecieron diversos asentamientos fenicios, en lugares altos cercanos a la costa y a ríos o pozos de agua dulce, dependientes de la ciudad de Gadir, fundada por colonos de Tiro, al igual que estos asentamientos. Aunque en principio no pasarían de ser meros puestos comerciales, en muchos casos de carácter temporal, algunos se convirtieron en poblaciones estables, siendo los más destacados en las costas peninsulares de Alborán: Carteia, en la bahía de Algeciras; Malaka, en lo que hoy es Málaga; Sexi, en Almuñecar; Abdera, en Adra (Almería) y Baria, en Villaricos (Almería).

En las costas africanas tenemos: Abyla, en Ceuta y Russadir en Melilla.

DIORAMA REPRESENTANDO UN PUESTO COMERCIAL FENICIO. ARQUA. CARTAGENA.

Con la caída de Tiro bajo el dominio rey Nabucodonosor II de Babilonia, se cortaron las relaciones con la metrópoli y estas poblaciones iniciaron andaduras como entes autónomos hasta que Cartago se hizo con el control de todos las ciudades fenicias de la Península y norte de África.

REPRESENTACIÓN DE UNA EMBARCACIÓN TIPO HIPPO EN ADRA. ESTAS EMBARCACIONES ERAN DE PEQUEÑO TONELAJE Y MOVIDAS POR REMOS Y VELA.

RESTOS DEL PUERTO FENICIO DE CÁDIZ. SE PUEDE OBSERVAR PARTE DEL MUELLE Y AL FONDO UN VARADERO CON ESCALERA.ESTABA SITUADO EN EL CANAL BAHIA/CALETA. ESTOS RESTOS SE ENCUENTRAN EN LA GRUTA DEL PÁJARO AZUL.
MAQUETA DE UN GALOI. ERAN BARCOS DE CARGA DE GRAN TONELAJE MOVIDOS A VELA PARA LARGAS TRAVESIAS. MUSEO DE ALMERÍA.
ESTOS ASENTAMIENTOS DESARROLLARON INDUSTRIAS PESQUERAS Y DE RECOLECCIÓN DE MOLUSCOS PARA EXTRAER EL TINTE PÚRPURA. RESTOS ENCONTRADOS EN BARIA. MUSEO DE ALMERÍA.
REPRESENTACIÓN DEL DIOS FENICIO MELKART. CAÑO DE SANCTI PETRI. AL FONDO SE OBSERVA EL ISLOTE DONDE SE PIENSA PUDO ESTAR SU TEMPLO.

LOS INICIOS DE LA BASE DE HIDROAVIONES DE LA MAR CHICA. 1922.

Después el llamado Desastre de Annual y ante la necesidad de potenciar el despliegue militar español en la zona de Melilla, se pensó en instalar una base de hidroaviones en la albufera conocida por los españoles como Mar Chica, a pocos kilómetros de Melilla. En septiembre de 1921, el general Francisco Echagüe, al frente de la Aeronáutica Militar, realizó una visita a este territorio en la que se acordó situar la base de hidroaviones en la inmediaciones del Atalayón, un promontorio dentro de la albufera que está unido a la costa por un tómbolo.

HIDROAVIÓN SAVOIA EN LA MAR CHICA, AL FONDO SE VE NADOR.

Tras la construcción de las primeras instalaciones de la base, en marzo de 1922 se destinaron a la misma una escuadrilla de hidroaviones y dos faluchos para servicio. Estos hidroaviones eran savoia 16. Estos aparatos eran de diseño italiano con una autonomía de 1.000 Km. Disponía de anclajes para bombas y una ametralladora francesa de modelo Darne. Su tripulación estaba compuesta por un piloto, un observador y un ametrallador.

El 30 de marzo de 1922 llegaron a Melilla desde la base de los Alcázares los tres primeros savoia 16 pilotados por el capitán Roberto White, jefe del grupo; el capitán Franciso Muñoz y el capitán Ramón Franco. Un cuarto hidroavión, comandando por el capitán José Gómez, tuvo que regresar a su base por averías.

A los pocos días de su llegada a la base de Mar Chica, los hidroaviones entraron en combate apoyando el avance por tierras de Beni Said. La misión de las aeronaves fue bombardear la zona de Afrau y Sidi Driss, posteriormente participaron en la defensa del Peñón de Vélez que estaba siendo atacado por los rifeños.

Los hidroaviones también efectuaron vuelos de reconocimiento sobre la zona enemiga, en algunos de los cuales hicieron las veces de observadores los generales Sanjurjo y Federico Berenguer.

Estas fueron las primeras misiones de combate de los aparatos y pilotos de Mar Chica que continuaron a la largo de toda la guerra.

LA MAR CHICA VISTA DESDE EL NORTE.

Ramón Franco se convirtió en el más carismático piloto de la base de Mar Chica, base donde se preparó el hidroavión Dornier nombrado Plus Ultra con el que realizó el vuelo que le llevó desde Palos a Buenos Aires en 1926. Otro famoso raid aéreo que partió de Mar Chica fue el protagonizado por los tres Dornier de la Patrulla Atlántida que alcanzó Guinea Ecuatorial en diciembre de 1926.

Con todo, la historia de esta base estará íntimamente ligada a la heroica figura del Capitán Virgilo Leret Ruiz que dirigió al defensa de la misma, junto los alféreces Armando González Corral y Luis Calvo Calavia, frente a las tropas sublevadas en la aciaga tarde del 17 de julio de 1936.

EL FUSIL REMINGTON Y LOS RIFEÑOS.

El fusil Remington fue una de las principales armas usadas por rifeños y guelayas desde finales del siglo XIX hasta los primeros años veinte del siguiente siglo. El Remington fue diseñado en EEUU a mediados de la década de 1860 y adoptado como reglamentario por el Ejército español en 1871, comenzando su fabricación en nuestro país en ese mismo año. El modelo español usaba el calibre 11,5 x 57 R un proyectil de gran potencia que producía graves heridas, característica esta que lo hacía muy útil para los francotiradores, una de las especialidades del combatiente rifeño y guelaya. Se dice que el sonido producido por este fusil al disparar dio origen al término «paco» para designar a los francotiradores norteafricanos.

Con ser un arma ampliamente utilizada contra las tropas españolas, se da el caso que muchos de los fusiles usados por rifeños y guelayas eran producidos en España y suministrados desde nuestro país.

El 26 de enero de 1887, la Junta de Arbitrios, organismo dependiente del Ministerio de la Guerra que hacía la veces de ayuntamiento de Melilla, autorizó las venta de armas de guerra a las cabilas de Guelaya imponiendo una tasa de 10 pesetas por fusil Remington (del mismo modelo que el usado por nuestras tropas) y 2,5 pesetas por fusiles de otros modelos. Un tiempo después se modificaron las tasas, unificando la misma en 5 pesetas para todo tipo de fusiles y aplicando una de 2,5 pesetas por cada millar de cartuchos. Tanto las armas como los cartuchos debían ser de fabricación española. Esta disposición de la Junta de Arbitrios se anuló el 7 de julio de 1888, quedando la venta de armas limitada a las de caza y los revólveres.

COMBATIENTE RIFEÑO ARMADO DE UN REMINGTON.

Con el final de la venta de armas legalmente en Melilla, volvió el contrabando por vía marítima. Este tráfico salió a la palestra con el incidente protagonizado por el laúd Miguel y Teresa. Esta embarcación fue capturada en septiembre de 1889 por la cabila de Bocoya en un acto que desde España se trató, en principio, como un mero acto de piratería pero poco a poco se fue descubriendo que la citada embarcación llevaba un cargamento de 90 fusiles remington y su correspondiente munición que iba a alijar en una cala de Tres Forcas aunque debido al mal tiempo tuvo que desistir de este intento y acabó derivando hasta Bocoya en el corazón de las costa rifeña. Según informó la prensa, se estimaba que se habían alijado unos 1.500 fusiles antes de este incidente.

MIEMBROS DE LA HARCA AMIGA DE BENI CHICAR ARMADOS CON REMINGTONS

Este tráfico de fusiles se centralizó en Málaga y Gibraltar. Las armas llegaban en tren a dicha capital andaluza bajo documentación falsa y eran cargados en embarcaciones que los transportaban a las costas norteafricanas. En otras ocasiones, las embarcaciones, usando bandera británica para la ocasión, cargaban dichas armas en Gibraltar. Las armas solían ser de procedencia española enviadas desde las fábricas del País Vasco.

En 1893, cuando la tensión entre españoles y guelayas iba en aumento, se experimentó un ascenso de este tráfico ilícito. En junio de ese año, se descubrió en el puerto de Barcelona un cargamento de armas oculto en unos baúles con destino a Melilla embarcados en el vapor Rabat, de Transatlántica, a nombre de un maestro armero del ejército. En 14 septiembre es la Guardia Civil la que descubre un envío de armas de contrabando en la estación de ferrocarril de Málaga. Son 16 cajas con 219 fusiles enviadas desde Zumárraga y Éibar cuyo destino era la costa rifeña. Abierta la correspondiente investigación, se descubrieron nuevos alijos en días sucesivos. En la estación de Bobadilla aparecen 82 fusiles. El día 18 en Málaga son 49 mosquetones y 15 fusiles, todos Remington.

MELILLA Y SU CAMPO EN 1893.

Ante el aumento de la presión policial en Málaga, la tráfico se desvía por el Estrecho. A principios de octubre, un cañonero español detuvo un falucho salido de Gibraltar con carga de fusiles para Tánger y a mediados de mes los carabineros de Algeciras interceptaron un cargamento de 500 fusiles que habían salido de Gibraltar. Aparte de los Remington, desde la colonia británica se vendían fusiles Martini – Henry y Winchester de repetición. Recordar que los primeros combates de la guerra de 1893 se dieron en octubre, momento en que, según al prensa, se cifraba el precio de un Remington de contrabando en 250 pesetas cuando en fábrica valían 28 pesetas.

En noviembre de 1893, cuando se lucha ya abiertamente en el campo de Melilla, el destacamento de la Guardia Civil enviado a la ciudad para reforzar la seguridad de la misma descubrieron diversos alijos de armas y municiones en la barriada del Polígono, único barrio extramuros. El día 6 de noviembre se requisaron 231 fusiles y 32.000 cartuchos, el día 9 fueron 53 fusiles y el día 11 fueron 21 fusiles. Todas las armas eran Remington. Todavía el 6 de diciembre se descubrió un nuevo alijo de 33 mosquetones, 11 fusiles y 11 tercerolas.

En esta guerra fue cuando el ejército usó por primera vez en combate los fusiles Mauser pero los Remington siguieron en uso en el campo rifeño hasta los primeros años veinte. Así mismo, las llamadas «harcas amigas», grupos irregulares que combatían por España, eran equipadas con este modelo de fusil por nuestro Ejército.

LA DESCRIPCIÓN POÉTICA DE MELILLA.1818.

En el año de 1818, la revista Continuación del Almacén de frutos literarios (semanario de obras inéditas), publicó la Geografía poética de España y Portugal. Una obra realmente curiosa y trabajada, cuyo autor no se cita, en la que se hace una amplia descripción en verso de España y Portugal citando sus regiones, ciudades, productos característicos, ríos y montañas. Este tipo de obras se hacían con fines didácticos creyendo que en verso era más fácil memorizar estos datos. Melilla también tiene sus versos.

XLVI

Melilla. Sobre un peñasco, a quien Neptuno baña,

Y en clima ardiente fundase Melilla

La agarena cerviz postra y humilla:

De aljibes y de huertas se acompaña

Y es de un nuevo hospital piadosa silla

Cuarteles y almacenes nada estrechos

Que a las bombas presenta fuertes pechos

XLVII

Son tus defensas de mayor memoria

Cortina Real, Relox y Batería,

La concepción, San Carlos, la Victoria,

San Pedro, San Miguel, Santa Lucía,

Rosario y San José de igual valía.

Santa Isabel y el Espigón famosos

Son de estos fuertes los profundos fosos.

Los editores de la revista dataron esta obra a finales del siglo XVIII pero sin poder concretar ninguna fecha aunque debió ser antes de la pérdida de Orán y Mazalquir en 1792 ya que dichas ciudades aparecen en la obra pero si nos fijamos en los verso dedicado a Melilla encontramos referencias que nos ayudan a delimitar el intervalo de fechas de su posible creación. El verso: «La agarena cerviz postra y humilla» puede ser una referencia a la derrota marroquí en el asedio de 1774/75, mientras que el verso: «Y es de un nuevo hospital piadosa silla» es una clara referencia a la construcción del Hospital del Rey cuyas obras finalizaron en 1774.

Enlace al ejemplar de la revista donde aparece la Geografía poética de España y Potugal.

EL CERRO DE SANTIAGO/DJENADA.

El cerro de Santiago, Djenada para los melillenses imaziguen, está hoy en día plenamente integrado en el casco urbano de Melilla pero durante siglos fue un punto importante de la frontera melillense y campo de batalla entre guelayas y españoles.

Dada su localización y altura, permitía dominar tanto los recintos amurallados de Melilla como el curso final de río Oro, su desembocadura y su confluencia con el barranco del Polígono, que antaño se conocía como barranco de la Olla, lo que le confería una gran importancia estratégica. Dominarlo fue un objetivo de los españoles desde que se asentaron en Melilla pero aunque se logró un cierto control sobre el territorio circundante en base a patrullas de caballería, no es hasta que en 1571 cuando se construye el pequeño fuerte de Santiago en su cima que se consigue el control efectivo de la zona reforzado por la construcción en 1571 del fuerte de San Francisco en una posición más alejada de la plaza y dominando el barranco del Polígono. Ambos fuertes se perdieron en 1679 durante la ofensiva que el sultán Ismail efectuó contra Melilla.

VISTA DE MELILLA DE MEDIADOS DEL SIGLO XIX DONDE SE REFLEJAN EL CERRO DE
SANTIAGO CON EL CUARTEL DE DJENADA Y AL HIGUERA SAGRADA

Para los imaziguen melillenses el cerro de Djenada tenía el mismo valor estratégico que para los españoles. En su ladera que daba al río Oro, a cubierto de la artillería melillense, construyeron el cuartel de Djenada como alojamiento de las guardias que las diferentes cabilas de Guelaya establecían frente a Melilla. Desde este cuartel partían los caminos, en muchos casos ocultos por chumberas, que unían el fuerte con los diferentes ataques y trincheras desde donde vigilaban la ciudad. En este cerro los marroquíes situaron una batería de artillería durante el asedio de 1774/75.

PLANO DE MEDIADOS DEL SIGLO XIX DONDE ESTÁ REPRESENTADO EL CUARTEL DE DJENADA Y LOS CAMINOS QUE PARTÍAN DEL MISMO.

Djenada tenía también un valor espiritual para los imazigen ya que allí se situaba el lugar en que se decía que murió luchando contra los españoles Sidi Guariach, el principal santo musulmán de esta zona. Este lugar estaría señalado por la existencia de una higuera que consideraban sagrada y a la que veneraban con exvotos y ofrendas. Anexa al cuartel existía una mezquita atendida por cinco imanes representando a cada una de las cabilas de Guelaya.

Desde 1844, cuando la situación del país lo permitió, España volvió a reivindicar ante Marruecos la devolución de los límites que Melilla tuvo en los siglos XVI y XVII pero no es hasta 1862 cuando se marquen esta nueva frontera siendo ocupado el territorio por España en 1863 tras la expulsión de la población imaziguen, entre otros motivos porque el sultán marroquí insistió en este punto.

EN ROJO UNA IDEA DE LA EXTENSIÓN ORIGINAL DEL CERRO DE SANTIAGO.

El cerro de Santiago quedó desierto hasta que con motivo de la llamada guerra de Margallo en 1893 se empezó a construir las primeras edificaciones del actualmente desaparecido cuartel de Santiago, terminado en 1898. Entre 1900 y 1902 se construyeron los pabellones de Santiago cercanos al cuartel.

Desde el inicio del siglo XX y en base al desarrollo urbanístico de Melilla, el cerro de Santiago ha sufrido grandes modificaciones en su extensión por los desmontes efectuados para edificar los llamados Pabellones del Buen Acuerdo en la actual Avenida de los Reyes Católicos, el barrio del Príncipe, calle Gran Capitán, Sor Alegría y adyacentes, carretera de Cabrerizas, escaleras de acceso y las sucesivas ampliaciones del cuartel de Santiago.

Actualmente, tras la cesión de este terreno desde el Ministerio de Defensa a la Ciudad Autónoma, se enfrenta a una recalificación que llevará a modificaciones de su espacio y fisonomía sin que se tenga claro que alcance tendrán dichas modificaciones.

ESTADO ACTUAL DE LA PUERTA Y PALMERAL DEL ANTIGUO CUARTEL DE SANTIAGO.

LAS UNIDADES DE LA COMANDANCIA DE MELILLA TRAS EL DESASTRE.

Tras el primer impacto del conocido como Desastre de Annaul, las unidades de la guarnición de la Comandancia General de Melilla fueron reorganizándose con destacamentos que no habían tomado parte directa en esos combates y las tropas que iban llegando a Melilla desde el territorio perdido. Esas unidades quedaron encuadradas al margen de los contingentes que iban desembarcando la ciudad y para primeros de agosto eran 97 jefes y oficiales con 3.274 soldados y clases.

Parte de estas tropas eran de las guarniciones de los peñones y las islas Chafarinas: El regimiento de Ceriñola tenía una compañía en el Peñón de Vélez (3 oficiales y 89 soldados) y otra en Alhucemas (2 oficiales y 109 de tropa) mientras que África nº 68 tenía una sección en Chafarinas ( 1 oficial y 35 de tropa) a esto habría que añadir los que quedaran en los cuarteles de Melilla.

LOCALIZACIÓN DE LAS TRES POSICIONES QUE NO CAYERON EN EL DESASTRE DE ANNUAL.

Otro grupo de tropas que sobrevivió a la derrota fueron las guarniciones de las tres únicas posiciones que no cayeron en manos de los guerrilleros de Abdelkrim: Tres Forcas con una sección de Melilla nº59 (1 oficial y 35 de tropa) y una estación permanente de telegráfos en el faro; Cabo de Agua con dos secciones de África nº 68 (3 oficiales y 86 de tropa) y el Zoco El Had donde había miembros de la Policía Indígena y se refugió la guarnición de Sammar (1 oficial y 44 de tropa de Melilla nº59).

A lo largo de los días que siguieron a la retirada de Annual, fueron llegando a Melilla soldados y oficiales desperdigados y alguna unidad organizada como Intendencia y un par de baterías de artillería aunque sin cañones.

De Regulares llegaron 36 hombres (30 marroquíes y 6 españoles) después de que una parte desertara y otra se pasara a la resistencia.

Para el día 28 de julio había en Melilla unos 2.700 soldados de la antigua guarnición de la Comandancia General que se mantenían aparte de los refuerzos que iban llegando. Estas tropas se dividían en: 4 compañías de San Fernando, 2 de Ceriñola, 1 de África nº68, 1 de Melilla nº 59 y destacamentos de Regulares y Policía Indígena. Posteriormente se incorporarían los supervivientes del África nº 68 que habían pasado a la zona francesa.

Con estas tropas y la harca amiga de Beni Chicar, el coronel Riquelme, jefe de la Policia Indígena en esos momentos y uno de los mandos con más experiencia sobre el terreno, propuso intentar llegar a Zeluán y Monte Arruit para liberar a los sitiados allí pero el Alto Comisario no se aceptó su plan. Tampoco se autorizó un plan para liberar Nador a través de la Mar Chica cuando las líneas españolas estaban en el Atalayón.

Cuando ya habían caído Nador y Zeluán, el Alto Comisario aceptó utilizar a parte de estas tropas en una operación menor como fue el desembarco y ocupación del campamento de la Restinga. En la madrugada del 4 de agosto, fuerzas de San Fernando, Ceriñola y Regulares desembarcan en la Restinga apoyados por el crucero Cataluña, destructor Bustamante y cañonero Laya. Tras asegurar la playa desembarcaron zapadores que fortificaron el campamento. La operación se realizó sin bajas propias. Las tropas de San Fernando y ametralladoras de Ceriñola quedaron en la posición al mando del coronel Salcedo. El 5 de agosto la posición de Cabo de Agua se reforzaría con dos compañías provisionales de África nº 68 y un destacamento de la Policía Indígena.

El 11 de agosto se reorganiza el 1º batallón del regimiento África con las fuerzas que llegaron desde la zona francesa, las compañías destacadas en de Cabo de Agua y una compañía de ametralladoras.

Con la caída de Nador, se reintegran a Melilla las tropas de la Brigada Disciplinaria que guarnecían dicha localidad. Tras reorganizarse, los disciplinarios lucharán en muchos casos en primera línea como los soldados al mando del teniente José Fernández Ferrer que defendieron, junto con un refuerzo de legionarios, el blocao de Dar Hamed, en las laderas del Gurugú, (conocido posteriormente como «Blocao de la muerte») hasta que cayó dicha posición el 15 de septiembre tras morir en la lucha casi toda la guarnición del mismo.

Composición de la Comandancia General de Melilla en julio de 1921:

http://www.altorres.synology.me/guerras/1921_annual/03_01_unidades.htm

En torno a Annual:

https://publicaciones.defensa.gob.es/en-torno-a-annual-2016.html