Durante la primera mitad del siglo XIX, se mantuvo un cierto tráfico marítimo entre Melilla y Palma de Mallorca. Este tráfico se llevó a cabo por embarcaciones latinas de pequeño porte, tipo laúd, salvo algún caso en que se emplearon jabeques o místicos, de mayor porte que el laúd.
El laúd es una embarcación de cabotaje, con cubierta, que aparejaba un palo caído a proa con vela latina y ,a veces en los más grandes, botalón con foque. Este tipo se embarcaciones también se utilizaron para la pesca.
La distancia entre Palma de Mallorca y Melilla siguiendo una ruta de cabotaje recalando en el cabo de la Nao, cabo de Santa Pola, cabo de Palos, cabo de Gata y Melilla vienen a ser unas 445 millas náuticas. La distancia a rumbo directo atravesando el brazo de mar entre las Baleares y Melilla vienen a ser de 425 milla náuticas, con el peligro de no tener resguardo ni de los temporales de poniente ni de levante que, en invierno, suelen sucederse en esta aguas.
Las primeras noticias del tráfico marítimo entre Melilla y Palma las encontramos en la prensa balear en los años de la Guerra de Independencia. El 8 de agosto de 1811 llegó a Palma desde Melilla el jabeque San José, patrón Francisco Sabater, menorquín, con carga de trigo. El 17 de septiembre de ese mismo año arribó desde Melilla el místico Beata Catalina Tomás, patrón Antonio Cantallop, mallorquín, con trigo y cebada. El 10 de noviembre de ese mismo año, arribó nuevamente el jabeque San José, mandado esta vez por el patrón Mateo Serra, mallorquín, con trigo y pasajeros. Entendemos que el trigo y la cebada serían comprados a las cabilas de Guelaya, comarca que circunda Melilla.
Posteriormente, se siguen manteniendo este tráfico marítimo como podemos ir rastreando en la información portuaria de la prensa balear. El 13 de julio de 1830 se despacha para Melilla el jabeque San Francisco. El 7 de agosto de ese año se despacha el laúd Santo Cristo del patrón Gerónimo Llull con vino y aguardiente. Según la información consultada, son el vino y el aguardiente los principales productos que se enviaban a Melilla. El laúd San Antonio, patrón Pedro Boch, despachado para Melilla con vino y aguardiente el 6 de marzo de 1834. El 14 de mayo de 1837 se despachaba a Melilla el laúd Beata Catalina Tomás, patrón Bartolomé Masot, con carga general.
Hemos visto que desde Palma las embarcaciones salían cargadas con vino y aguardiente, principalmente, pero en la información de las que volvían de Melilla se solía indicar que volvían en lastre, aunque se da el caso del jabeque San Francisco del patrón Bernardo Palmer que llegó de Melilla el 4 de julio de 1834 con lana y pieles.
El teniente Antonio Agüera Cárdenas que estuvo destinado en Melilla en 1845, en su diario nos da pistas del tipo de mercancías que cargaban los barcos mallorquines en Melilla.
Escribe sobre el comercio que se practicaba con los marroquíes de Guelaya que venían a Melilla: amanece la Florentina cual una feria, siendo la mayor parte de lo que allí traen cueros de bueyes, lanas y cebada: estos cueros los compra el escribano, a medias con otro sujeto, los venden a los mallorquines que aquí vienen para poder introducirlos en la Penínsulas y las Baleares, se les hacía pasar por productos originarios de Melilla: se saca una guía, suponiendo son de reses que aquí se consumen.
Según el teniente Agüero, los cueros se compraban a los marroquíes a 5 ó 6 duros el quintal y a los mallorquines se los vendían a 12 ó 14 duros.
Según información portuaria del Diario Constitucional de Palma, encontramos que el 11 de septiembre de 1845 el laúd Victoria de 27 toneladas de porte y mandando por el patrón Sebastián Melis se despachó para Melilla con un pasajero y carga de vino. ¿Sería uno de los mallorquines de los que hablaba Agüero?
Cuadernos de apuntes y documentos sobre la plaza de Melilla del teniente Antonio Agüero Cárdenas (1845).
(Edición, transcripción y estudio introductorio de Jorge Alberto Jordán Fernández y Sergio Ramírez Gonzáles).
Editado por UNED Melilla. 2016.