El cerro de Santiago, Djenada para los melillenses imaziguen, está hoy en día plenamente integrado en el casco urbano de Melilla pero durante siglos fue un punto importante de la frontera melillense y campo de batalla entre guelayas y españoles.

Dada su localización y altura, permitía dominar tanto los recintos amurallados de Melilla como el curso final de río Oro, su desembocadura y su confluencia con el barranco del Polígono, que antaño se conocía como barranco de la Olla, lo que le confería una gran importancia estratégica. Dominarlo fue un objetivo de los españoles desde que se asentaron en Melilla pero aunque se logró un cierto control sobre el territorio circundante en base a patrullas de caballería, no es hasta que en 1571 cuando se construye el pequeño fuerte de Santiago en su cima que se consigue el control efectivo de la zona reforzado por la construcción en 1571 del fuerte de San Francisco en una posición más alejada de la plaza y dominando el barranco del Polígono. Ambos fuertes se perdieron en 1679 durante la ofensiva que el sultán Ismail efectuó contra Melilla.

VISTA DE MELILLA DE MEDIADOS DEL SIGLO XIX DONDE SE REFLEJAN EL CERRO DE
SANTIAGO CON EL CUARTEL DE DJENADA Y AL HIGUERA SAGRADA

Para los imaziguen melillenses el cerro de Djenada tenía el mismo valor estratégico que para los españoles. En su ladera que daba al río Oro, a cubierto de la artillería melillense, construyeron el cuartel de Djenada como alojamiento de las guardias que las diferentes cabilas de Guelaya establecían frente a Melilla. Desde este cuartel partían los caminos, en muchos casos ocultos por chumberas, que unían el fuerte con los diferentes ataques y trincheras desde donde vigilaban la ciudad. En este cerro los marroquíes situaron una batería de artillería durante el asedio de 1774/75.

PLANO DE MEDIADOS DEL SIGLO XIX DONDE ESTÁ REPRESENTADO EL CUARTEL DE DJENADA Y LOS CAMINOS QUE PARTÍAN DEL MISMO.

Djenada tenía también un valor espiritual para los imazigen ya que allí se situaba el lugar en que se decía que murió luchando contra los españoles Sidi Guariach, el principal santo musulmán de esta zona. Este lugar estaría señalado por la existencia de una higuera que consideraban sagrada y a la que veneraban con exvotos y ofrendas. Anexa al cuartel existía una mezquita atendida por cinco imanes representando a cada una de las cabilas de Guelaya.

Desde 1844, cuando la situación del país lo permitió, España volvió a reivindicar ante Marruecos la devolución de los límites que Melilla tuvo en los siglos XVI y XVII pero no es hasta 1862 cuando se marquen esta nueva frontera siendo ocupado el territorio por España en 1863 tras la expulsión de la población imaziguen, entre otros motivos porque el sultán marroquí insistió en este punto.

EN ROJO UNA IDEA DE LA EXTENSIÓN ORIGINAL DEL CERRO DE SANTIAGO.

El cerro de Santiago quedó desierto hasta que con motivo de la llamada guerra de Margallo en 1893 se empezó a construir las primeras edificaciones del actualmente desaparecido cuartel de Santiago, terminado en 1898. Entre 1900 y 1902 se construyeron los pabellones de Santiago cercanos al cuartel.

Desde el inicio del siglo XX y en base al desarrollo urbanístico de Melilla, el cerro de Santiago ha sufrido grandes modificaciones en su extensión por los desmontes efectuados para edificar los llamados Pabellones del Buen Acuerdo en la actual Avenida de los Reyes Católicos, el barrio del Príncipe, calle Gran Capitán, Sor Alegría y adyacentes, carretera de Cabrerizas, escaleras de acceso y las sucesivas ampliaciones del cuartel de Santiago.

Actualmente, tras la cesión de este terreno desde el Ministerio de Defensa a la Ciudad Autónoma, se enfrenta a una recalificación que llevará a modificaciones de su espacio y fisonomía sin que se tenga claro que alcance tendrán dichas modificaciones.

ESTADO ACTUAL DE LA PUERTA Y PALMERAL DEL ANTIGUO CUARTEL DE SANTIAGO.

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