José Ibáñez Marín fue un militar ilustrado  que encontró la muerte en los campos cercanos a Melilla el 23 de julio de 1909 en un combate confuso y envuelto en la polémica sobre la verdadera dimensión y objetivos del mismo.

Ibañez Marín nació el 8 de marzo de 1862. Ingresó en la Academia de Toledo en 1880 y fue nombrado alférez el 10 de julio de 1883.  Desarrolló su carrera militar principalmente en Madrid salvo su participación en la Guerra de Cuba como capitán, llegando a mandar un batallón. Amante de la cultura, fue miembro del Ateneo de Madrid donde impartió conferencias de temática militar. Escribió diversos trabajos sobre historia y ciencia militar. Colaboró y dirigió la Revista Técnica de Infantería y Caballería. Realizó un viaje de estudios por Europa del que realizó una memoria sobre la organización y equipo de la Infantería de los países visitados. En la Biblioteca Digital Hispánica se pueden consulta sus obras.

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Las hostilidades con las cabilas de Guelaya, comarca marroquí que circunda Melilla y donde se localizaban las minas del Rif,  se iniciaron el 9 de julio con el ataque a unos obreros que trabajan en las obras del ferrocarril minero. El general Marina, Comandante General de Melilla, aprovecha esta circunstancia para avanzar dentro de territorio marroquí y establecer una serie de posiciones en el recorrido del ferrocarril minero. La necesidad de defender y aprovisionar estas posiciones que quedaron cercadas por la harka de Guelaya, hace necesario el envío de refuerzos a Melilla.

Según lo que leemos en la Historia de las Campañas de Marruecos, el gobierno, ante la posibilidad del inicio de hostilidades en Guelaya,  había dictado una orden reservada con fecha de 1 de julio de 1909  por la que se creaban unas brigadas mixtas para su envío a Melilla si eran necesarias. Cada brigada mixta estaría compuesta por: seis batallones de cazadores, dos secciones de ametralladoras, un escuadrón de caballería, tres baterías de artillería de montaña, una compañía de zapadores, una compañía de telégrafos, una compañía de montaña de administración militar y una ambulancia de montaña. Estas brigadas estarían mandadas por un general y eran tres: Primera Brigada Mixta localizada en Madrid, Segunda Brigada Mixta localizada en el Campo de Gibraltar y Tercera Brigada Mixta localizada en Barcelona que fue la primera en partir al frente, originando las graves protestas y  disturbios conocidos como «Semana Trágica».

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El Batallón de Cazadores de Figueras nº 6 estaba incluido en la Brigada de Cazadores de Madrid y fue designado para formar parte de la Primera Brigada Mixta junto con los Batallón de Cazadores de Barbastro nº 4, Madrid nº 2 y Arapiles nº 9.  Dada que la situación en Melilla se estaba complicando por momentos debido a las decisiones tomadas por el general Marina, se dan órdenes para el envío de esta Primera Brigada a dicha ciudad dividida en dos medias brigadas. A primeras horas de la madrugada del 21 de julio los soldados de Figueras marchan a la estación a coger el tren militar que los llevaría a Málaga, lugar designado para su embarque hacia Melilla. En la estación se produjeron protestas y altercados entre las personas opuestas a la guerra y los que la apoyaban, igualmente los familiares de los soldados, muchos casados y con hijos, protagonizaron escenas de dolor y angustia ante la partida de sus seres queridos a esta guerra que no era aceptada por buena parte de la ciudadanía española. No es hasta las 07:30  del día 22 cuando llegan los cazadores de Figueras a Málaga. En otros trenes irían llegando el Batallón de Barbastro, la sección de ametralladoras y el escuadrón de Caballería.

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EL MONTE GURUGÚ. EL BARRANCO DEL LOBO ES EL QUE SEPARA LAS DOS CUMBRES PRINCIPALES DEL MACIZO MONTAÑOSO.

Al llegar a Málaga les dieron algo de comer y los cazadores de Figueras embarcaron en el vapor Rabat, un viejo buque de pasaje de la Trasatlántica que ya había conducido tropas a Melilla en 1893, y el transporte de la Armada Almirante Lobo que partieron a las 13:30 del día 22 de julio. Llegaron a Melilla al amanecer del día 23 comenzando a desembarcar las fuerzas sobre las ocho de la mañana. En esa época Melilla carecía de puerto y las tropas y equipos debían desembarcarse usando barcazas. Esta operación era lenta y podía ser peligrosa como ocurrió un par de días antes cuando zozobró una barcaza y murieron ahogados tres soldados.

Al pisar Melilla, los hombres del batallón de Figueras llevaban tres noches de viaje y muchos estaban mareados por el viaje en barco. Esto no impidió que el general Marina ordenara el teniente coronel Ibáñez Marín que marchara con su batallón hacia el frente según desembarcaron ya que el combate que se libraba en las cercanías de Beni Ensar estaba complicándose bastante.

Finalmente, las compañías 2º y 4º, al mando de Ibáñez Marín, son desplegadas en la zona entre Beni Ensar y Mezquita ( lugar actualmente conocido como Barrio Chino).  La 2º compañía queda en primera línea y la 4º a su espalda. Aguantan en su lugar hasta que sobre las cinco de la tarde se dan órdenes de repliegue general hacía territorio español del que no se han alejado más que unos pocos centenares de metros.

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ZONA EN LA QUE SE LIBRÓ EL COMBATE DEL DÍA 23 DE JULIO DE 1909. AL FONDO A LA IZQUIERDA APARECE BENI ENSAR. SE PUEDE VER LA VALLA FRONTERIZA Y LAS ESTRIBACIONES QUE LLEVAN AL ANTIGUO ADUAR DE MEZQUITA.

Al iniciarse el repliegue español, la 2º compañía de Figueras queda rezagada. Se cree que fue porque estaban comiendo  ya que llevaban sin hacerlo desde antes de embarcar en Málaga. El desconocimiento del terreno y el cansancio de aquellos soldados hizo que no se dieran cuenta de que, por una barranca cercana, los guelayas se estaban internando en las líneas españolas llegando a posicionarse a sus espaldas. Rodeados por el enemigo y aislados del resto de las unidades españolas, los cazadores de Figueras se retiraron desordenadamente cuando los guelayas iniciaron el ataque a su posición. En su precipitada retirada, los soldados abandonan a los  muertos y  parte de sus equipos y pertrechos que caen en manos de los guelayas. Las bajas del batallón fueron: su teniente coronel y diez soldados muertos y un oficial y veintiocho soldados heridos.

Al día siguiente, se vuelve al lugar del combate y  encuentran al cadáver de Ibáñez Marín rodeado de algunos de sus hombres y  de guelayas que  cayeron en el combate. El cuerpo de teniente coronel es llevado a Melilla y en el cementerio se produce el  episodio, que recogió la prensa, del saludo de los soldados de Figueras al cadáver del que fuera su jefe. Aunque se dijo que este gesto fue voluntario, hubo quién afirmó que fueron obligados a hacerlo como castigo por haber abandonado al teniente coronel del batallón frente al enemigo.

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La decisión del general Marina de enviar al combate a las tropas recién llegadas fue criticada por algunos analistas militares ya que consideraban que Marina tenía la opción de haber enviado al frente  tropas más experimentadas y descansadas que estaban acuarteladas  en la ciudad.

La guerra seguiría por varios meses más y daría lugar a episodios tan trágicos como el del Barranco del Lobo.

Para una versión crítica de la guerra de 1909 se puede consultar el libro publicado en 1910:  Verdades Amargas. La campaña de 1909 en el Rif.  Capitán X.

http://bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/consulta/registro.cmd?id=16568

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